BORIS VIAN
BORIS VIAN
Uno más
Uno sin razón
Pero ya que los otros
Se hacen las preguntas de los otros
Y las responden con las palabras de los otros
Qué se puede hacer
Sino escribir como los otros
Y dudar
Repetir
Y buscar
Rebuscar
No encontrar
Desesperarse
Y decirse no sirve para nada
Sería mejor ganarse la vida
Pero mi vida, la tengo yo, mi vida
No necesito ganármela
Esto no es un problema en absoluto,
Lo único que no lo sería.
Es todo el resto, los problemas
Pero todos están ya planteados
Todos se han interrogado
En sus más mínimos detalles
Entonces a mí qué me queda
Se han quedado con todas las palabras cómodas
Las bellas palabras para hacer voz
Las espumantes, las cálidas, las graves
Los cielos, los astros, las cúpulas
Y esas brutales olas blandas
Rabian corroen las rocas rojas
Todo está lleno de tinieblas y de gritos
Lleno de sangre y lleno de sexo
Lleno de ventosas y de rubíes
Entonces a mí qué me queda
Debo preguntarme en silencio
Y sin escribir y sin dormir
Es preciso que busque para mí
Sin decírselo ni siquiera al conserje
Al enano que corre bajo mi suelo
Al sodomita que se esconde en mi bolsillo
O al cura de mi cajón
Es preciso que me sonde
Yo solo sin una monja enfermera
Que os empuña la colita
Y os acribilla como un gendarme
Con una lanza untada en vaselina
Es preciso es preciso que me meta
Un tubo en las narices
Para atajar una uremia cerebral
Y que vea fluir mis palabras
Todos se han interrogado
Ya no tengo derecho a la palabra
Han cogido todas las hermosas brillantes
Están todos instalados allá arriba
En el lugar de los poetas
Con liras a pedales
Con liras a vapor
Con liras de ocho rejas
Y Pegasos reactores
No me queda el más mínimo tema
No tengo sino las palabras más llanas
Todas las palabras estúpidas todas las blandas
No tengo más que me yo el la los las
No tengo más que cuyo quien que qué es
Más que y, en, con y entre
Más que él, ella y él, ellos, nosotros vosotros n
¿Cómo quieren que haga
Un poema con esas palabras?
Bueno ¡Qué le vamos a hacer! No lo haré
...en busca de las palabras para hablar de la identidad, la otredad y demás cosas que empiezan a traernos de cabeza... de momento tecleo (¿escucháis mis dedos?.. clik..clik...) textos de otros, pero advierto que sigo preguntándome y contestándome, recortando palabras (y letras sueltas) de otros para fabricar mis propias frases... (en) ese collage es una especie de autorretrato del yo que escribe, del que lee, de otro yo mío que baila de puntillas: yo soy yo y todas las posibilidades de mi mismo. El autorretrato será irremediablemente una foto de familia (numerosa). Escribo ésto y se entabla una (seria) discusión entre el -yo- que escribe y el que lee, dos posibilidades de este servidor; porque el lector asegura que de collage-collage poco, ya que, en realidad, recuerda haberlo leído en otro sitio, aunque no puede precisar dónde. De momento, mientras (recordar:yo) bailo de puntillas pensando en ella (¿dónde estará bailando ahora mismo?), y otro -yo- prepara café, el terrible fragmento de identidad posible más metódico que poseo sigue tecleando..clik..clik... (es imposible que no le oigáis) lo que otro le dicta: amén.
El poema lo "recorto" del libro de BORIS VIAN No quisiera morir (Je voudrais pas crever) editado en/por Hiperión; la traducción es de Juan Antonio Tello.
La ilustración es un detalle del (precioso) libro Princesas olvidadas o desconocidas, escrito por Philippe Lechermier e ilustrado por Rébecca Dautremer. Espero que os guste, porque seguiré haciendo pequeños charcos (no digo inundar) en el blog con los dibujos (repito: preciosos) de Rébecca Dautremer.
1 Comments:
¿SE ADMITEN PETICIONES? ¡LA PRINCESA PITONISA, POR FAVOR!
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