17 junio 2006

Santa Eulalia, Waterhouse

El momento hagiográfico-pictórico sigue, debe ser el efecto de ser dos chiquillas alumnas de colegios de monjas. Yo quería poner en principio éste, pensando que era santa Cecilia, pero una llega a la página de este pintor y se da cuenta de que se ha hecho un ligero lío. De todas formas, le cuelgo aquí a falta de poder llevar a cabo la proposición de un amigo: robarlo. Propuesta tan desmesurada está causada porque este cuadro creo que fue lo único que le gustó de Londres.
Ana

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lo de la Iglesia católica y el cuerpo femenino no tiene perdón de Dios. Claro que a la historia de la pintura le dió un buen número de temas para poder pintar desnudos como quien no quiere la cosa. Busqué el martirio de Santa Eulalia, por saber, y es lo más cruel que yo haya visto en mi vida. Tengo el corazón dividido entre la belleza del cuadro y la bestialidad del tema. ¿La estética hasta dónde llega? Otro debate de enjundia, como siempre:

La virgen y mártir Santa Eulalia de Barcelona padeció martirio bajo la persecución de los emperadores Diocleciano y Maximino. El más antiguo historiador de la santa es el poeta Prudencio que, en su Peristéfanon, himno III, deja clara constancia de las características del martirio: su cuerpo es cruelmente lacerado y desgarrado con garfios y uñas aceradas, y a continuación le aplican hachas encendidas en todos los desgarros con el fin de hacerla abjurar de su fe. Pero resistió valerosamente el dolor terrible que le causaba el fuego aplicado a las heridas, hasta que cedió su cuerpo al dolor, liberando definitivamente su alma. Ocurría esto el 12 de febrero del año 304. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia llamada de Santa María de las Arenas, desaparecida posteriormente a causa de un incendio. Luego la dominación árabe, en algunos momentos de la cual había cesado totalmente el culto cristiano en Barcelona, hizo que se olvidase el lugar del sepulcro. Pero la fama de la santa se había extendido por toda la península y llegado hasta Narbona, cuyo obispo, Sigebodo, se desplazó a Barcelona el año 878 para conseguir alguna reliquia de la santa, sobre la que construir un templo en su diócesis. El entonces obispo de la ciudad, Frodoino, halló el sepulcro. Su culto en Barcelona es muy antiguo (lo atestigua la referencia al mismo en la Passio de communi, escrito compuesto en Zaragoza a fines del siglo VI). A raíz del hallazgo de sus reliquias, el culto a la santa se extenidió al resto de España y a Francia. Es copatrona de Barcelona, junto a la Virgen de la Merced.

12:20 p. m.  

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