25 junio 2006

GRITAR

Pero acúsome también de ser tribuna
de orgullo. Acúsome de toda
la vanagloria que me asiste
al comprobar que vos, capaz de convocar
con una divina fórmula la Carne
y la Sangre de Nuestro Señor, jamás
poseeréis la palabra que hiciera
nacer el tacto de mi cuerpo
entre vuestros dedos consagrados.
Y acúsome, reverendo padre,
del sentimiento de rebeldía y de triunfo
con que me embriaga esta crueldad.
Amén.
(ANA ROSSETTI)
Ser orgullosa es contener el grito.
Estef.